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miércoles, 3 de septiembre de 2014

Sergio Hernández de la Compañía Víctor Saavedra de las FARC-EP denuncia la guerra y saqueo de la EPSA

Por: Sergio Hernández / Septiembre 3 de 2014
Combatiente de la Compañía Víctor Saavedra de las FARC-EP /Bloque Occidental Comandante Alfonso Cano

EPSA: SINÓNIMO DE SAQUEO Y MILITARIZACIÓN

Camarada Sergio Hernández. Foto: Compañía Víctor Saavedra

Compañeros campesinos, no se les olvide
que están parados sobre una mina muy valiosa
que es el agua y la biodiversidad, y deben de
organizarse  para evitar su privatización.


Con la construcción a partir de 2007 de las microcentrales hidroeléctricas a filo de agua,  Alto y Bajo Tuluá, la multinacional EPSA ha  despojado a los campesinos de sus recursos naturales que históricamente han conservado. Dicha empresa ha privatizado el rio y  ocasionado un daño ambiental de enormes proporciones, ya que en varios tramos el agua del río es reducida a las tres cuartas partes, acabando con las especies nativas, como la sabaleta, entre otras. Y con las excavaciones y el aprovechamiento del material del rio, han agravado aún más el deterioro del ecosistema, dejando sin agua las fincas del sector, lo cual ha generado también un problema social; todo con la  complacencia de la CVC que actúa como socia del proyecto, siendo ésta una entidad con un enorme poder económico que hoy en día es mucho más rentable ser director de dicha entidad, que ser Gobernador del Valle del Cauca.

Y lo paradójico  es que cuando un campesino corta un árbol para arreglar su vivienda, o rosa un lote para sembrar comida, es multado por la CVC y hasta encarcelado injustamente por la policía. Pero si defienden los intereses de multinacionales como Nestlé, Colombina, Coca Cola, de los grandes empresarios azucareros, de los terratenientes y ganaderos de la parte plana del centro y norte del Valle (los mismos que en 1999 aportaron 20 mil millones para el proyecto paramilitar que tenía como fin  desterrar, masacrar y despojar de sus tierras a los pobladores de la región, para así poder desarrollar sus negocios de aguas, mientras se apropiaban de los bosques nativos y de la fauna),  entonces para estos casos no existe justicia ni cárcel, sino la impunidad. Las multinacionales no solo necesitan el agua para elaborar sus productos y para venderla, sino que también quieren de la región las dantas, los armadillos, los venados, las guaguas etc., para vender sus carnes enlatadas, y los pájaros para con sus plumas fabricar accesorios de lujo.

El paisaje lo estudian con fines de realizar proyectos de ecoturismo, y el bosque nativo lo utilizan para vender bonos verdes. Negocio redondo que viene adelantando la EPSA, Sumando a esto la venta de energía y de agua. Esta multinacional tan poco respeta la autonomía y el ordenamiento territorial campesino.

Todo lo anterior está acompañado de una fuerte militarización de la zona, que ha causado represión a los campesinos y la persecución a sus líderes, que son constantemente señalados por los militares de ser auxiliadores de la guerrilla, milicianos o guerrilleros, el mismo cuento viejo que han utilizado los paramilitares y las FF.AA., para atemorizar y masacrar al pueblo humilde y trabajador. Militarización que también ha provocado la descomposición social, pues los soldados están promoviendo la siembra de la mata de coca y especialmente la marihuana para el consumo; a los jóvenes los inducen a consumir bazuco y marihuana, en una región que siempre fue muy sana. A la vez,  también se han incrementado los robos a los bienes de la población civil, los pobladores tienen limitaciones para ingresar a sus fincas, ya que son requeridos con frecuencia en los diferentes retenes donde los requisan y les dan hasta horarios para la entrada y salida de sus propiedades, y no les permiten ni siquiera bañarse en el rio.
 
Como si eso fuera poca cosa,  la inversión social en la región brilla por su ausencia, pues tan solo se ha manifestado a través de varias obritas para su propio beneficio, como la reparación de algunas vías de acceso a las hidroeléctricas, o la reparación de algunas escuelas que están ubicadas cerca de las construcciones de las microcentrales. La gente engañada cree que son obras de buena fe, pero no saben que solo las hacen porque las normas ambientales obligan a la EPSA a repararlas. Y de resto la inversión se ha limitado de manera individual a  migajas como bultos de cemento, rollos de manguera y regalos de muy mala calidad para los niños los 24 de diciembre; todo esto lo suman como inversión social, que según ellos ya asciende a más de 60 mil millones de pesos.

Por otro lado, el Estado oligárquico y excluyente desarrolla sus programas asistencialistas y politiqueros, que en nada solucionan los problemas sociales que agobian al país, como Familias en Acción y el programa Juntos, entre otros, para acabar de convertir a los campesinos en limosneros, engañarlos y llevarse los votos en cada elección, y así perpetuarse en el poder. Políticas que en nada favorecen la construcción de la Paz con Justicia Social, que son los anhelos del pueblo colombiano.

 MONTAÑAS DEL CENTRO Y NORTE DEL VALLE DEL CAUCA

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